Y compró su billete de avión sin lugar impreso, para no condicionar su destino incierto. Sólo su mente ocuparía el asiento de la clase premium porque, aquella noche, únicamente dejaría que volaran sus recuerdos. Mientras abandonaba su maleta cargada de momentos, en las pantallas de la terminal congelada en el tiempo, observaba sorprendida cómo se anunciaba la hora de llegada de cada uno de sus sueños... #microcuento #saraoss