SOLAMENTE ARENA
Y una vez más me levanté para no perderme ni uno solo de los amaneceres de domingo, que siempre suelen tener la extraña manía de aparecer cuando la gran mayoría de la humanidad se encuentra entre sábanas, oscuridad y silencio contenido…para después dar paso a la luz y quedar en olvido. Y a lo lejos, un mar en calma esperaba como siempre citarse con las olas. Nada más apetecible que estrenar la arena dejando un sendero de huellas con los pies descalzos que marcan rumbos, y a paso firme emprender camino dejando atrás los veleros que jamás tocarán tierra, porque jamás dejarán de navegar, ya que siempre encontrarán miles y miles de peces en el mar. Me detengo un momento, espío sin que se note mi reflejo y, en ese preciso instante, el escaso oleaje cubre mis pies y los tiñe de barro y algas de color granate. Demasiado temprano para darme un baño. Necesitaba encontrar el sol. Demasiadas nubes a mi alrededor. Me alejo de la orilla y mi camino comienza a borrarse entre las...