Ángeles a nuestro lado

Sobre el escenario, la música comenzaría a desvanecerse al ritmo de un atardecer sombrío, y ante la caída de un telón que jamás dejaría atravesar a los falsos aplusos. Sería su última actuación, antes de colgar sus zapatillas de bailarina en el oscuro camerino. Apresurada y aturdida, saldría corriendo descalza y sin rumbo por las calles de Manhattan, sintiéndose libre y pequeña, entre aquellos interminables rascacielos. Mientras las nubes negras amenazaban su paz interior, destapando sus más ocultos temores. En el instante en el cual aquel semáforo en blanco frenaría en seco su avance, deteniendo su paso artístico, y el de toda la humanidad... dejando en el aire miles de sueños que volarían eternamente por aquella lúgubre y extraña ciudad... #microcuento                       #saraoss 

Su historia de amor comenzaría entre las frías cuatro paredes de un cuarto confinado. Ajeno a las sirenas que anunciaban el duro toque de queda a media noche. Un lugar donde las sobras de vino blanco en sus copas bailaban al ritmo de un colchón que alojaba el buen sexo entre los dos. Ajeno a los aplausos a media tarde en los balcones, que marcaban el ritmo de aquellos interminables besos. Ajeno a las miradas que no fueran las suyas. Cuando el eco de sus risas cómplices contrastaban con la soledad de las calles, y con el cierre total de los locales hoy sin nombre. Y como únicos testigos de la pasión, unas mascarillas colgadas sobre aquel espejo de cartón, que hoy reflejaba sólo dos almas unidas, que se negaban a seguir viviendo dentro de aquel mundo de locos. El mismo que cada noche giraba en contra del ritmo de su dulce y particular eterna locura. Y que un día convencería al tiempo, para que dejara avanzar el amor, y dar rienda suelta a sus sueños. Sin sospechar que finalmente se march...

El color dorado de las hojas anunciaba la llegada del otoño en el pueblo de las montañas que jamás conoció la primavera. La última manzana sin recoger llamó la atención de aquella niña perdida, que jugaba sola, aunque decía estar con compañia. En aquel peldaño de madera, con un suave mordisco la fruta quedó totalmente marchita, lo cual anunciaría la llegada del frío y largo invierno. En el preciso momento en el que un golpe de calor borraría sus más profundos recuerdos, de una niñez que se negaba a dejar su diminuto cuerpo de mujer, mientras luchaba a contrar-reloj por habitar su lugar favorito llamado infancia... y jamás volver a crecer. #microcuento                     #saraoss 

Y sería en aquel aeropuerto cargado de transeúntes perdidos, donde por fin dejaría escapar el último avión de su próxima escala sin rumbo fijo, para emprender su particular viaje eterno con el poder de la mente, dejando volar su imaginación mucho más alto que cualquier avión, que jamás le llevaría a su lugar favorito. Cualquier sitio era ideal fuera de aquel mundo, que aún permanecía dormido, por culpa del despertar de aquellos tiempos malditos, con tintes de cruda realidad y de un oscuro e incierto destino. #microcuento                 #saraoss