Me despierto esta mañana, es un día normal. Sin contar con que tengo un año...un año más. Por lo demás, todo igual!...eso lo hace especial. Pero entonces empiezas a pensar...el tiempo corre, es verdad! ¿Cuántos van? 25 añitos, me dicen...felicidades por aquí, abrazos y regalos por allá... y una tarjeta muy especial que dice: “Cada vez que te miro, más joven te veo...” algo de cachondeo no puede faltar, sí, entonces caes en la cuenta...25 añitos de ná ¡que va! es un cuarto de siglo, señores...Hombre, dicho así…pero es la pura verdad! ojo que ahora empezaremos a cumplir hacia atrás!...25 años ya...llenos de anécdotas, experiencias, recuerdos y momentos de tristeza y felicidad…pero sobre todo con mucho mucho que contar, o al menos más que el año pasado, claro está... ¿Quién no recuerda aquellos cumpleaños donde la edad que estábamos a punto de cumplir no importaba nada? Y es aquí donde termina para mucha gente la ilusión por cumplir años. Cuando nuestra edad ronda...
Alzó la mirada, y pudo ver su reflejo en el cielo del agua. La orilla mojada aún así quemaba. La arena del mar ardía de furia en silencio. Nada hacía pensar que aquel era el final de un camino que nunca se atrevió a recorrer, por intentar huir de sí mismo; al comprobar que su reloj le decía que ella habría dejado escapar el último tren que les uniría. Entonces tomaría el último suspiro, recordando su historia, y se adentraría bajo las gigantescas olas. Mientras que unos pasos dibujados sutilmente sobre la arena delatarían que ella habría hecho lo mismo que él horas antes, sin saber por qué. #microcuento #saraoss
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