…TIC SIN TAC....

Mataremos el tiempo… o que nos maten ¿qué importa?... Al fin y al cabo detrás de la puerta cerrada, siempre, se quiere entrar. No hay otro que este momento. Ahora o nunca… tal vez no, puede ser que llegue el día, pero no me arriesgaré a perder la oportunidad. ¿Por qué esperar el día ''perfecto'' ? El día ideal para hacer realidad las palabras guardadas en las agendas. Posponiendo, posponiendo…solo porque el día que nace no parece bueno. Esperamos y vivimos con la expectativa de encontrar el momento y lugar perfecto. Cuando, en realidad, el momento ideal es… en cualquier momento. ¿Por qué hace falta esperar una ocasión para hacerla especial? ¿Por qué no ahora mismo? ¿Quién asegura el mañana? Afrontar y aprender, que vivir evitando, vivir dejando puertas abiertas y capítulos inconclusos sin principios ni finales, historias que no sabemos cuándo o dónde empezaron o en que momento terminaron, al final nos deja en el mismo lado. Coger el día y hacerlo nuestro, para eso nos lo han dado. Por eso HOY es el día ideal, porque ningún momento es mejor que el ahora, para hacer aquello pendiente realidad.  
 
Pues bien, él es el TIC y yo soy el TAC de dos relojes, que no coinciden en la misma habitación, desincronizados hasta que uno de los dos (el TAC, seguramente) deje de dar la hora correcta, y ya no seremos TIC y TAC y no habrá más tiempo para decidir o pensar lo que tiene que pasar. Ese es precisamente, el momento ideal. Algo tiene que cambiar. Zonas horarias diferentes bajo el mismo techo. Tal vez me equivoque, o tal vez no… ¿quién sabe?, pero esto de ir probando es lo que tiene…de apasionante, por otro lado. Voy a equivocarme, esta vez por placer, por la misma razón por la que enciendo un cigarrillo al volver de correr… pero no dejaré pasar ni un minuto más esperando a que llegue el día para ser feliz de una vez. No quiero esperar el momento, no quiero mirar el tiempo, sólo importa el ahora que estoy viviendo. TIC pero sin TAC. Ese es el plan… buscar entre carpetas instrucciones para cambiar, dejar pasar y volver a empezar. Llegó la hora. Y yo, con las instrucciones en mano, me doy cuenta de que no tiene nada que ver con montar los muebles del IKEA. Infinitamente más sencillo, siempre que uno crea en poder conseguirlo. Se trata de poner un pie y después el otro, y repetir indefinidamente hasta llegar al destino deseado. Eso es lo que dicen las instrucciones, o eso es lo que yo he interpretado, aunque no encuentre el español por ningún lado. Y ya va siendo hora de despertar. Ahora sí, el reloj camina lento… a medias diría yo. Suena el TIC… pero ya no el TAC. Miro como los segundos se convierten en meses, los minutos en años, las horas en siglos…ya el reloj caminara sin sentido, totalmente desincronizado… porque yo me voy a hacer camino, dejando al miedo aparcado. Soy el TAC que suena con fuerza y ritmo, y él es el TIC, que hoy ya dejé dormido...

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