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Mostrando entradas de agosto, 2020

#microcuento

Y cuando aquel río se congeló en medio del desierto, la imagen de aquel beso eterno quedó inmortalizada para siempre, en aquel valle sin vida, sin vegetación y sin lugar fijo en el mapa... #microcuento                       #saraoss 

#microcuento

Y fue en aquel instante, en el que el viento dejó de balancear aquel viejo columpio de madera oxidada del patio trasero de la casa olvidada, cuando se dió cuenta de que su amigo invisible se había marchado para siempre. Le espero durante meses, pegado al opaco cristal de la ventana principal, que ya apenas reflejaba la poca luz que quedaba del último atardecer sombrío. Porque la brisa jamás regresaría a aquel pequeño pueblo de la costa gallega, tras arrastrar todos los secretos de sus habitantes para la eternidad hacia un mar sospechosamente en calma. Un pueblo que ahora quedaba manchado por el misterio. Sin nombre, sin pasado, sin futuro. Sin historias de por medio.   #microcuento                      #saraoss 

#microcuento

Cuando aprendió a escuchar el silencio, su voz dejó de cobrar protagonismo en aquella ciudad fantasma. Y sus palabras dejaron de tener sentido en medio de los restos de un llanto, cuyo eco agonizaba permanentemente en aquella habitación aislada entre cuatro paredes. Y es que las últimas noches se dedicó a matar el tiempo, sin ser consciente de que los restos de sangre le harían culpable sin serlo. Aferrada a su almohada, aquellas lágrimas eran lo suficientemente tímidas como para no asomar en su mirada perdida, empañando el cristal de sus gafas. El viento soplaba con fuerza, pero no se escuchaba. Los días pasaban corriendo, sin detenerse en un calendario ya inservible, desde que dejó morir el tiempo entre sus manos. Y mientras tanto, la vieja maleta heredada de su abuela esperaba vacía delante de la puerta del edificio de cristal y falso mármol, único superviviente de aquella ciudad olvidada. Y fue aquella fría mañana de Enero, cuando se armó de valor llave en mano, y bajó las escalera...

#microcuento

Búscame en aquel lugar donde termina la noche y empieza el día. Donde la oscuridad se convierte en luz. Donde el silencio alza la voz sin complejos. Donde el mar gana la batalla al desierto.  Y es que tal vez ese lugar te resulte una utopía, que te pierdas en el camino, o incluso que tu mapa sin fronteras no simbolize el rumbo. Pero ese paradero existe, en algún lugar, y se llama Esperanza. Yo lo encontré de casualidad, dejándome llevar un día, me olvidé de pensar. Allí te espero. Si no quieres venir, lo entiendo. Porque nunca estuvo bien señalizado y no es fácil alcanzarlo. Porque tiene su riesgo desprenderse de la ruta de confort. Pero merece la pena intentarlo. Porque es allí donde habita la calma y todos somos uno. Porque es allí donde los problemas llaman dos veces sin respuesta a tu puerta blindada. Donde somos capaces de crecer sin depender de un destino. Es por eso por lo que, decidas lo que decidas, yo siempre estaré aquí. Esperando mientras soy feliz. Sola... o contigo. #...

#microcuento

La tierra tembló bajo sus pies justo antes de derribar voluntariamente aquel mundo sin cimientos creado para evadirse, y que giraba en contra del propio universo. La luz de un amanecer condenado a desaparecer luchaba por hacerse un hueco entre la oscuridad permanente, mientras aquel árbol sin sombra daba la espalda a un sol enojado. Instante en el cuál la manzana prohibida anunció la cuenta atrás de dos actores ahora sin guión, que improvisaban su mejor actuación. Cuando ya nada tenía remedio y nada tenían que perder, porque nada fue real, se armaron de valor y se disfrazaron de su "yo" verdadero, que siempre guardaron en el frío trastero. Y a lo lejos, justo en el horizonte que marcaba el final de sus sueños. Un telón a punto de bajar con aroma a despedida, dejaba sin voz al clamor de sus pensamientos, últimos supervivientes de aquella falsa historia entre ellos. Y es que cuando se trata de vivir en un paraíso, el día se acaba cuando da la orden uno mismo, para volver a escr...