Ángeles a nuestro lado

Las densas gotas de lluvia comenzarían a caer como balas en la arena de la solitaria playa. Cuando su vestido de novia abrazaba sus largas piernas mojadas. Y mientras sus lágrimas se mezclaban con el temporal, el frío invierno llegaba sin previo aviso. Las olas arrastraron mar adentro su último recuerdo, y los restos de aquel evento sin celebrar quedaron al descubierto. Entonces se levantó y comenzó a caminar, bordeando la orilla de corales verdes y conchas vacías, que imitaban a la perfección el sonido del mar enfurecido. Y poco a poco, unas huellas se irían perfilando delante de ella sobre la inmensa arena, dibujando un destino predestinado, dejando atrás las viejas marcas de tacón de aguja de su oscuro y triste pasado. Instante en el cual descubriría que eran sus propios pasos. Y los siguió con temor, pero con mucho orgullo y entusiasmo. #microcuento                        #saraoss 

Cuando su culpa logró escapar milagrosamente de la vieja prisión abandonada en la isla del miedo, su inocencia quedaría indefensa, frágil y marchita, a la espera del "no juicio" y de la inevitable condena en su fría celda, con vistas al mar y a las falsas pruebas de aquel dulce y cruel delito, que nunca ocurrió... y del que nadie fue testigo.  #microcuento                  #saraoss 

Los días dejaron de ser de color gris cuando aquella nube dejó de dar la espalda a aquel tímido sol de invierno. Mientras, la triste melodía de sus tacones rojos sellaban cada escalón de madera tallada, avisando de la llegada de un nuevo comienzo en otro lugar lejano. Su maleta de piel en el portal dejaría de pesar en el instante en el cual salió a recorrer las solitarias calles de Berlín. Arrastrada por la nieve amenazada por aquel sol ahora resplandeciente, comenzaría a caminar rumbo a la estación del sur a paso firme. Dejando atrás el eco de sus pensamientos y marcando el camino del nuevo destino, las cuatro estaciones serían testigo de aquella huida provocada por los llantos del balcón del cuarto piso, por las noches en vela sin recibir señal ni llamada de su amado soldado de guerra. Una maleta cargada únicamente de los recuerdos ya olvidados. Y al atardecer, sin que ella pudiera contemplarlo, el viento culpable y testigo de la caída de una rosa marchita del ramo, que representaba ...

La tienda de campaña se iluminó en mitad de una noche que prometía ser larga. Con un manto de estrellas tendido a los pies de la colina nevada, su bolígrafo derramaría las primeras palabras en aquel cuaderno de investigaciones jamás publicadas. Y en el rojizo horizonte, el misterioso puente colgante envuelto en tinieblas y a la vez en llamas que separaba sus dos mundos, cambiaría aquel suave balanceo por un sonoro derrumbamiento en la ladera de la montaña. Y cuando todo parecía terminar sin haber comenzado, unas huellas estratégicamente colocadas en la arena le harían recobrar la esperanza. Aquella mano verde y cálida sobre su viscoso hombro guiaría el comienzo y el final de una historia que intentaba narrar la propia soledad del silencio. Y cuando rozó sus labios de acero, el inesperado reencuentro tejería los hilos de un destino ya inamovible para ambos. Instante en el cual aquel bolígrafo de tinta invisible dibujaría el destino de aquellas miradas grises procedentes de Venus y de Ma...