Me despierto esta mañana, es un día normal. Sin contar con que tengo un año...un año más. Por lo demás, todo igual!...eso lo hace especial. Pero entonces empiezas a pensar...el tiempo corre, es verdad! ¿Cuántos van? 25 añitos, me dicen...felicidades por aquí, abrazos y regalos por allá... y una tarjeta muy especial que dice: “Cada vez que te miro, más joven te veo...” algo de cachondeo no puede faltar, sí, entonces caes en la cuenta...25 añitos de ná ¡que va! es un cuarto de siglo, señores...Hombre, dicho así…pero es la pura verdad! ojo que ahora empezaremos a cumplir hacia atrás!...25 años ya...llenos de anécdotas, experiencias, recuerdos y momentos de tristeza y felicidad…pero sobre todo con mucho mucho que contar, o al menos más que el año pasado, claro está... ¿Quién no recuerda aquellos cumpleaños donde la edad que estábamos a punto de cumplir no importaba nada? Y es aquí donde termina para mucha gente la ilusión por cumplir años. Cuando nuestra edad ronda...
Hay una frase que nunca deberías de olvidar, que deberías grabar en tu mente y hacerla tuya...como cada momento de TU vida, y tenerla presente, siempre a tu lado, sobre todo cuando no encuentres la luz que guíe tus principios...y esa frase, es la siguiente: "Cuando quieras creer en alguien...cree en tí !!. Esta frase es la máxima, tu biblia, tu reto...porque convertirla en un estilo de vida resulta toda una aventura de la que cada día más gente forma parte, dadas las dificultades y oportunidades que la vida nos planta a lo largo del camino... pues precisamente por eso, esta máxima va por aquellos, por todos los que creemos en nuestras capacidades y decidimos cada día, a cada momento, ser los verdaderos protagonistas de nuestra vida. Creer en algo o en alguien nos hace más fuertes, más positivos. Creer en algo o en alguien da sentido a nuestra vida...un sentimiento, una ilusión...somos seres racionales, pero en realidad somos alma...pues por es...
Cuando salió por la puerta de mi email, aquel mensaje de despedida se negaría a llegar a su destino. Se marcharía lejos, tomando distancia adrede de tu teléfono. Acto de rebeldía que culminaría en cercanía. Aquella que evitábamos tener, cuando dejaste de preguntarte por qué. Distancia que enseguida acortaste cuando llegaste a la entrada del garaje. Donde encontrarías tu solitario coche, contándote que el mío habría salido temprano; previsor de lo que habría pasado por tener la tecnología de tu lado, esquivando mis órdenes. Y así poder encontrar, para enviarte de vuelta, el desobediente mensaje, que te dejaría toda la vida esperando. Esclavo de tu teléfono. Una vez más, sin respuestas, sin dudas… sin éxito. #microcuento #saraoss
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