Para la ducha...Marea de gentes
Cada mañana
encuentro a una dama… a veces quisiera vivir en "el país de nunca jamás" para dejar de
crecer, aunque otras desearía acelerar el tiempo. No tiene grises, su transparencia la delata. Evita
demostrar que muchas veces sueña despierta y lo medita con la almohada, o directamente lo escribe
en su diario … Una musa que anda de fiesta bajo la luna maldita llena frente a un barco
que nada en pena en el mar de sus sueños. Una marca de beso en su mejilla, avanza...coge el periódico viejo de hoy. Camina lejos, pero nunca se detiene…entre
mares de gente…sola y acompañada …todos la miran, pero nadie la ve. Se
encuentra nadando en días que jamás podría explicar y entre momentos para
olvidar, pensando que hay instantes de plata en los que su ilusión le vuelve a
matar. Pero ella sale por las noches, para caminar y avanzar, sólo ella, dueña
del destino, el que quiere dibujar…a las pocas horas, nada ha cambiado…se da
cuenta de que nunca volverá atrás.
Sus historias se repiten, en los rincones del abismo. Metro que baja y se pierde, nunca podrá llegar a ese detino que a lo lejos está, en el sur de su ciudad. Al llegar a casa le espera algo que nunca ha sido siendo…sino una cena llena de promesas y la despedida final de sus recuerdos, que atrás quedan…sabe que sus días se acaban, no quiere pensar en su final…pero la cuenta atrás comienza para volver a despertar entre aquellos que la importan y la van a ayudar. Cada día a superar el reto de caminar, caminar, caminar…porque de nada sirve navegar por la vida, sin sobresaltos ni emociones, sin alegrías ni tristezas, sin fuerza ni debilidad, si con ello o sin ello llegamos al mismo lugar. Y aunque la inclinación de la balanza le sugiera dar ciertas cosas por perdidas, siempre hay un último intento o un nuevo camino que explorar. Lo importante es tener en claro objetivos y deseos, no desanimarse ante el abismo o el azar. Los crueles límites del destino! Que nos dejen de dañar…mucho queremos controlar pero a tan poco queremos renunciar. A ella no le importa lo que pase, siempre que ahí decidiera desembocar sus aguas entre errores para, algún día, acertar, fantasía o realidad. Evitar los obstáculos que suele poner la temida mente. Por eso, hoy elije correr, saltar, reir, vibrar despeinarse, gritar, hablar, confesar, arriesgar, equivocarse y acertar. Decide apostar por los sobresaltos, emociones, alegrías e incluso tristezas. Prefiere vivir recuperándose de desatinos evitables a quedarse sentada viendo pasar la vida…pero nunca dejará de nadar, remar y bucear en el mar de la humildad, entre aquellas gentes, que impidieron que mirara atrás...
Sus historias se repiten, en los rincones del abismo. Metro que baja y se pierde, nunca podrá llegar a ese detino que a lo lejos está, en el sur de su ciudad. Al llegar a casa le espera algo que nunca ha sido siendo…sino una cena llena de promesas y la despedida final de sus recuerdos, que atrás quedan…sabe que sus días se acaban, no quiere pensar en su final…pero la cuenta atrás comienza para volver a despertar entre aquellos que la importan y la van a ayudar. Cada día a superar el reto de caminar, caminar, caminar…porque de nada sirve navegar por la vida, sin sobresaltos ni emociones, sin alegrías ni tristezas, sin fuerza ni debilidad, si con ello o sin ello llegamos al mismo lugar. Y aunque la inclinación de la balanza le sugiera dar ciertas cosas por perdidas, siempre hay un último intento o un nuevo camino que explorar. Lo importante es tener en claro objetivos y deseos, no desanimarse ante el abismo o el azar. Los crueles límites del destino! Que nos dejen de dañar…mucho queremos controlar pero a tan poco queremos renunciar. A ella no le importa lo que pase, siempre que ahí decidiera desembocar sus aguas entre errores para, algún día, acertar, fantasía o realidad. Evitar los obstáculos que suele poner la temida mente. Por eso, hoy elije correr, saltar, reir, vibrar despeinarse, gritar, hablar, confesar, arriesgar, equivocarse y acertar. Decide apostar por los sobresaltos, emociones, alegrías e incluso tristezas. Prefiere vivir recuperándose de desatinos evitables a quedarse sentada viendo pasar la vida…pero nunca dejará de nadar, remar y bucear en el mar de la humildad, entre aquellas gentes, que impidieron que mirara atrás...
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