RUTINAS
Esclava de la rutina...a veces me da por pensar "Que paren el mundo, que yo me bajo". Sí, todos la conocemos en cuanto la vemos, se nota, se siente, con nosotros convive impasible. Esa rutina que a veces agobia y nos plantea la necesidad de un día más en nuestro calendario o al menos de una hora más en nuestro reloj. Esquemas y horarios perfectamente planificados, tan minuciosamente cuidados... nosotros mismos programamos nuestros pasos... cada movimiento, cada desembarco... sin lugar a la improvisación. ¿Quién no soñó nunca con un día "loco"? Sin jefes, sin leyes, sin programa y ¿por qué no? sin rumbo fijo...que surja lo que tenga que surgir, tal vez sea mejor que lo planificado, o no?. Cumplir los deseos anhelados perdiendo el ritmo y el compás que nos marca la sociedad apresurada presa de la eficiencia y de la obligación... cumplir el deber, ¿y yo qué? un día me levanto, dejo el mundo a un lado, lo guardo en un cajón (luego tengo que buscarlo, no lo pondré muy lejos, más bien a mano) y saco mi libreta. Dibujo un pentagrama...do re mi...las notas bailan...es el compás de MI DÍA, libre de normas, haciendo lo incoherente y lo que a nadie le importa...me despego del compás del mundo, sigo mi ritmo aparte... deseo quedarme en la cama 5 minutos más, nada de culpa ni inquietud por el hecho...hasta aquí perfecto, gracias. Ganas de hacer nada o todo lo que en este mundo paralelo creado se permite...porque es sólo nuestro, lo gobernamos por un día, luego ha de ser perfecto, que si son dos ya me deprime, mañana ya si eso vuelvo. Es ese momento sin mundo en otro paralelo, planificando mi espacio, no me arreglo, simplemente me dejo llevar o siento...nunca nunca me dejaron al otro lado o extremo. Un día, sólo un día, si me gusta repito, por probar no pasa nada... no podría durar más tiempo, hasta que otros se muden conmigo...cuando la rutina aprieta...lo que experimente lo cuento, seguro que será bueno...y entonces lo recomiendo para volver con compañía (yo invito, si es por eso). Si duermo 5 horas tengo sueño y si duermo 9 me emboto...lo primero lo da la rutina, a lo segundo se acerca la medicina. Esclava consciente de la rutina y arquitecta de horarios que encajan como el tetris o como los dibujos que uno hace al márgen del cuaderno cuando no hay apuntes que tomar en clase...rutinas a veces vacías. Y cuando acabe ese día volveremos, seguro, por afecto a este apresurado mundo donde viven los nuestros... de nuevo presa de esta estructura a la que en el fondo doy gracias...ya que me permite, al final del día, acostarme tan cansada y con tantas cosas que hacer al día siguiente que nos recuerda que ESTAMOS VIVOS, que somos necesarios (no imprescindibles) para que funcione el motor de ese mundo nuestro. Hola que tal, he vuelto, ya pasé mi día, repetiré. Lo recomiendo. Ya estoy subida en el asiento, he podido despejarme, sin pensar y con las pilas cargadas regreso. Arranca el motor de este mundo, al otro si eso ya volveremos...y como dice Bradbury, aquí sigo de momento hasta la próxima escapada, "bailando para no estar muerto".
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