HUBO UN TIEMPO EN EL QUE…





Dicen aquello de “cuando todo el mundo esta loco, estar cuerdo es una locura…”. A veces, todo está en contracción con mis ideas y opinión. Tengo momentos que... así me siento yo. Mirar alrededor, y encontrarte de bruces con el “sinsentido” que no deja que avances tu camino. Tal vez...¿Enfocar el mundo con los prismáticos confundidos? No lo sé, son los que me dieron. No los elegí yo, fue un regalo el día de mi nacimiento y no quiero cambiarlos, pues sería un desprecio (aparte no conservo el ticket, o no sé dónde lo he puesto). Supongo que pocos hay como estos.  Es lo que la gente suele llamar “perspectiva”, aquella con la que te enfrentas a la vida, con la que juzgas caminos y adivinas destinos. A veces me siento “extraña”, distinta, rara. A veces parece que mis orígenes no son terrestres, que tengo más en común con los marcianos que con todas las gentes. Y todo por no dar la razón al pueblo, que dicen soberano. Pasa de vez en cuanto, pero con el tiempo te das cuenta de que no está bien cambiar de bando. Si de Marte procedo, a tragar y pa´ lante... ¡aunque ni yo misma me entiendo!. Al menos, ser diferente es interesante. Aceptar y callar sería fallarle a mi razón y no escuchar al corazón, los únicos que puedes dominar para evitar tu propia traición: “Sé fuerte, aguanta, no cedas a las grandes masas, lo correcto no está en las grandes sumas de las que la gente habla”  (vocecita que sólo oigo yo).
Hoy defender la valentía me propongo, aquella que supone enfrentarse al día a día de un mundo diferente, aquel que parece no haberme criado, aquel que decidió no entenderme. Y dado que no aparece en el mapa el que mis palabras comprende, sólo me queda inventar uno donde nada se parezca a lo que suele ser para la mayoría de la gente. Pues bien, un día lo imaginé, porque me sentí más identificada que con el mundo al que, por defecto, venimos al nacer. Decidí abandonarlo y por un instante sentirme sensata y comprendida, por alguien más que por mi propia sabiduría. Y al otro lado del espejo, dejar atrapado el mundo que yo creo loco, pero que ellos creen cuerdo. Escapar y empezar el día saliendo por la ventana en vez de por la puerta, sin importar lo que la gente comenta. Es cuando me di cuenta de que aquel mundo que dejé de lado nada bueno me podía haber aportado. Ahora estoy más acompañada que antes, porque me entienden los que ya lo habitaban de antes. Menos gente en este mundo de desconexión, pero eso sí, mucha más comprensión. Único mundo que yo entiendo... así que, al estar a gusto, a veces regreso. Cuando veo que nadie me entiende, y cuando necesito sentir que los locos… son ellos. Sí, llegué a vivir en un mundo al revés. El que uno se crea sin que nadie lo vea. El que yo me inventé por no aceptar lo que dejé. ¿Por qué he de abandonarlo si yo me siento así muy bien? Veréis por qué:

En aquel universo paralelo, el sol salía de noche, la luna de día, lloraba sonrisas, reía lágrimas de alegría, llovía del suelo, la hierba nacía del cielo, osos volaban con el viento y las gaviotas vivían en el hielo. A las ranas oía piar por las mañanas, y a los pájaros croar desde mi ventana. ¿No os lo creéis? Pues sucedió, y fue divertido…¿o tal vez no? Pues no lo sé, al menos así me hicieron creer las gentes que me quisieron entender. Siempre que la evasión te llama, por no poder comprender a un mundo para el que tú eres extraña. Sobre el agua caminé, con zapatos en las manos y guantes en los pies. Donde hablaban en francés y escribían en inglés. Allí, gente feliz y buena, día cálido… pues no llueve ni truena. No es mi mundo el que está loco, ni estoy contando lo contrario a lo sensato…tal vez sea el vuestro, el que esté desordenado. Y para vivir en él, construir el tuyo es lo tienes que hacer. Como quieras que sea, nada es imposible si tu corazón lo desea. Reino de la confusión, donde la vida es pura ilusión… ¿cómo quitarle razón?, pues se impone por fuerza, cuando se busca comprensión. Y cuando ya estás adaptado a no tener contradicción, a lo lejos retumban las manecillas de un reloj. Marca la hora exacta de volver a la realidad, no sé si obedeceré ¿qué opináis?… o me quedaré un rato más…

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