Hoy es primavera, ¡qué ganas de vivir!…


Toc- toc suena en mi ventana. Lo escucho desde la cama… aún con persianas y cortinas echadas, tras duros meses de batallas de agua:

-¿Quién es?

-La Primavera.

Suena bien, pronto llega. No se quién ni qué es exactamente, nunca la he visto. Yo de estaciones solo entiendo de trenes, no sé si me explico. Pero puedo notar su presencia y lo que implica tenerla cerca. También cuando no está, el gris recae sobre nuestras cabezas y el sol se va con ella... creo que a un mejor lugar. Llegó la Primavera y todo se apresura en una urgente coquetería de bienvenida, todos queremos recibirla con las mejores galas y con una amplia sonrisa, con el mejor recibimiento y ¡a toda prisa!.

Énfasis en la luz del día, profundidad de fragancia en jardines y brisas tardías... mosaicos de colores y sonidos. Es lo que veo al recibirla, desde la ventana que anuncia un paraíso de fuerza y alegría. No viene sola, pues nos trae ilusión y calma. Con ella enormes ganas de abrirse paso hacia eso que llaman felicidad, tenga ésta la forma que tenga, ¿no es verdad?. Y también algo de "tontería", más humor y risa floja incontrolada que nos envuelve cada día. “Mongolismo” en el ambiente, pero sano, muy sano…divertido e inconsciente. Heroína que hace florecer nuestra mejor cara. ¡Ole por el efecto en esas mentes soñadoras, llena de flores y mariposas que vuelan sin más, y por nada...a todas horas!.

Mientras aún se reflejan gritos contra el sistema, mientras todavía la crisis duro nos golpea y mientras multitud de medios se hacen eco de las desgracias que nos rodean… hoy la protagonista es ella, la Primavera, y los habitantes que participan en ella. Señoras y señores, por fin llego la Primavera… y con ella, el verde esperanza. No hay época más positiva. Pura anestesia para las almas. Lo
s pajaritos cantan con tanto ímpetu que es imposible concentrarse en los “quehaceres” y te acompañan más que nunca haciendo nidos en tus ventanas... sobra el despertador, pajaritos sabios que hacen de reloj, pero da igual, es Primavera y todos hemos de vivir en armonía…todo se aguanta! Y todo se permite ¡que quede constancia!, ahí queda. Con ella, renacen los eternos años 70s, el “Flower Power” y las drogas sanas. Todo parece de color de rosa, la gente se vuelve loca de alegría de repente y mucho más positiva, el llanto sobra…es la droga de la Primavera, la droga más buena y más económica. "Terraceo" unido al cachondeo, sol y paseos son los mejores compañeros.

¿Y que hay del ambiente entre las gentes? Los románticos andan más melosos que nunca, se va el bendito clima frío-lluvioso. Destape de cuerpo y sentimientos… y a mostrar esencias escondidas durante seis largos meses. Nuestros mayores se despojan de bufandas y estufas salvadoras para pasear por la senda transmitiendo su ternura. Bohemios de tertulias y copas nocturnas que salen a la luz del día para comprobar que a esa hora también se puede brindar por la soledad y la alegría. Detrás, se acercan, despacio, casi clandestinamente, sin papeles, los inmigrantes de cálidos países que han soportado un crudo invierno recogiendo frutas o trabajando el cemento, o cuidando invernaderos bajo el plástico de la tristeza y los recuerdos familiares. Y ¡¡cómo olvidar a los runners!! A su paso terminan de florecer las semillas tardías y van dejando huella a cada paso en el camino abrazado por frondosos pinos, evitando que les de el tan temido “yuyu” por las ansias de salir a bailar sobre la pista, en cuanto la mañana primaveral muestra su mejor cara. Ramas frondosas que hacen sombra para correr frescos y sin pensar en lo que no toca.

La Primavera regala su alegría a quien quiera tenerla. Y es gratis… ¡gratis! se acerca, cautelosa por los días de marzo, hasta alcanzar la veintena, mira a lo lejos el último toque de nieve que todavía persiste en la montaña y nos invita a bailar bajo un sol perfecto y cálido. ¡Qué ganas de vivir! ¡la primavera ya está aquí!. Feliz día, que hoy sólo toca sonreír…mañana Dios dirá, pero hoy otra cosa prohibido está…

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