MAR EN CALMA



Hoy quisiera sentirme  libre… libre por una vez. Sentir aquella calma… y el mar frente a mis pies. Hoy quisiera que todos mis pensamientos escaparan más allá del horizonte, donde no los pueda ver, ni sentir que broten… pues mucho soporté. ¡Bendita desconexión que hoy alumbra todo mi ser!. Hoy quisiera mantener mi mente en blanco, no de color oscuro, como lo hice ayer. Hoy me gustaría que todo fuera perfecto durante al menos un segundo, que el tiempo pase lento… pero sin que lo pueda ver. Que para otro día quede la reflexión, y aquel mar de dudas revueltas deshabite mi corazón. Hoy, correr junto a la orilla del mar me planteo, junto a un mar que calme todos mis pensamientos. Por la arena avanzar, y tal vez nunca regresar ¿quién sabe? Hasta donde podemos llegar. Creerlo y demostrar. Bendita desconexión… que hoy quiero dibujar.

Olas revueltas en un mar de eterna calma, me siento frente a él… para llenar mi alma. Frente al mar, el sol se posa, en el horizonte parece descansar. El agua en calma, que al cielo parece tocar. Sólo me acompaña la paz, bendito silencio… y las olas del mar. Los pies en la arena dejan las huellas… por donde no van a volver a pasar. Tranquilidad se desata, el mar ya no baila, pues la música se apaga y el silencio avanza frenando las olas de un mar dormido… ya en calma. Y esos pensamientos de los que me quise deshacer, vuelan ya en el viento… no los tengo que esconder. En mi ya no habitan, libres los dejé, donde no me puedan molestar… donde ya no puedan volver.

Entonces empieza a oscurecer, y la noche tranquila más paz parece traer. El aire dormido. Solo yo, sentada y despierta… frente al escenario del olvido. Todo en calma para no pensar, mantenerme distante de lo que me pueda estresar. Hoy mi cuerpo sólo admite descansar. Hoy solo habita en mi, la bendita tranquilidad. Sólo las estrellas son testigo de tanto bienestar.

Y cuando parece oportuno, la carrera he de retomar, siempre abriendo los ojos… para no perder el mar. De un impulso sin pensar avanzo, entre un mar en calma que parece despertar. Recoger por el camino las oportunidades del destino. Enfrentándome de nuevo a la realidad, tras aquellos segundos eternos… donde solo encontré paz. Mi alma se adueña del caos de mi mente. Ese silencio ilimitado del mar tranquilo y esa infinita playa desierta, que hoy ya dejo, para siempre…
 

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