Mi manía de vivir...

Manía entre tanta palabreria. No es poco común ni es obsesión…no me hace peor persona pero la gente no me las perdona. Manías a mucha honra. Dicen que es locura cuando la expreso con soltura. Te miran con descaro…¿Y por qué eres un bicho raro?  Cuando pasas de la risa al llanto restando a la vida encanto, haciendo de tu presente, un vivir atormentado o un padecer alocado. Dicen que desvarío por mi actuar poco coherente. Las cosas que yo hago mías son, a pesar del arrebato o de lo que diga la gente. No entiendo de esos ambientes. Porque el mundo no entiende mi vivir penitente. ¿Por qué esconder las manías si al mundo no haces daño?. Esta terrible manía, su brillar ha desgastado porque el mundo no comprende. Y yo, plena de sabiduría echo mano a rebeldía siguiendo con las manías que me han adjudicado. Algunas las elijo, otras me las han dado. A quien le guste bien, al resto, desfilando. Manías. Escondite de rarezas. Mis caprichos de existencia. Aquello que me define. Me las pueden quitar, pero yo ya no sería lo que soy al despertar. Cantar en la ducha, vivir más de noche que de día, no creer en las ojeras, sujetarse con cafés, comprobar mil veces las cosas, ser adicto a la canción y a la buena reflexión, ir de rebajas y acabar en nueva colección, darle formas a las nubes, adorar las paradojas, metáforas e ironías, pensar que las palomas, las moscas, la tele y los muebles conspiran contra mí, que 3 es mi número, claro que sí!, disfrutar el aroma a gasolina, poner los zapatos a los Reyes Magos, correr y caminar más de media hora, que antes de las 10 a.m no soy persona. Ni defecto ni virtud. Azul es mi color, me agobia la rutina. Necesito controlar mi día. Odio la lluvia. Adoro la fotografía. Tener el sentido del humor roto, reir por todo lo surrealista. Manías, sí. Mis manías. No las cambio por nada, porque sin ellas no vivo. No quiero rehabilitarme. Perdonen las que hagan daño, podré no repetirlas. Pero la manía de vivir va a persistir, esa no me la quitan!. La de correr aquí y allá en busca de la oportunidad. Es parte de mí, mi última inocencia que contar. Sólo yo tengo la llave y las voy a liberar. Yo y mis manías, mis manías y yo... siento decir "hola" cuando debo decir "adiós".

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