PAPELES PERDIDOS
En los tiempos
que vivimos una cerveza y una buena copa de vino...que sabios los que lo inventaron! si nada tiene sentido ¿quién
logra encontrar su camino? NADIE. Todavía no está definido. Todos estamos
perdidos, intentando encontrar respuesta de un por qué que construímos, que planteamos,
que reformulamos…aquel en que inmersos vivimos…y que siempre lleva a lo mismo.
Encender la tele, la radio o escuchar el griterio de la prensa que siempre dice
tener la “verdad” pero que nunca nos la da. Nos tenemos que agarrar por huevos
a testimonios de “entendidos”, a lo que otros dicen…dicen que saben más,
simplemente porque su sueldo les dio para comprar un potente micrófono a través
del que lanzar palabrería barata, difícil de tragar, pero muy adornada para
hacerla llegar y que, lejos de aclarar, nos pierde aún más. Porque soluciones
nunca dan. Sólo intentan tranquilizar, y más nervios nos dan…y decían que el
malo era Franco!. Sabemos de todo, menos por qué, la verdad.
Entonces llegamos a la conclusión de que sí, de que la
vida es cuestión. El por qué no se elimina me temo ni con el más potente aguarrás. Yo al menos, señores, no entiendo na de na. Y cada día menos, de
a dónde queremos ir a parar. Yo me perdería, claro está. A veces está bien
bajarse del barco y reflexionar. Pero de cobardes es escapar, al menos así me
enseñaron. Por eso me paro y sigo andando, solo queda respirar con paciencia,
el caso es avanzar, da igual a dónde llegar. Lo que aceptamos y lo que no, pero
que ahí está, lo quieras o no. Preguntas sin contestar. ¿De dónde vienen las
preocupaciones? Esta me la sé, nos las creamos, fíjate tú. Nunca han surgido, de la nada
nada surge. Y resultó ser un día en el que concluyo y me digo: no importa de
dónde vino lo que pasó, simplemente sucedió… alegrate por ello o busca
solución, y no llores simplemente por lo que terminó. Lo que importa es que
aquí seguimos, intentando definir lo que somos, lo que fuimos. Y en eso estamos, todavía: queriendo ser y
esperando llegar, muertos de miedo, muertos de frío, buscando palabras de
alivio que nadie da...pero decidiendo dónde desembarcar sin escuchar a aquellos “que nos
quieren tranquilizar”.
Un día te despiertas, perdido,
y todo pierde sentido. Y piensas de qué sirve
andar arreglado por la vida, sin sobresaltos ni emociones, sin alegrías ni
tristezas. Andar sin ser, en definitiva. Para qué cuidarse de las heridas que
causan los intentos fallidos, si con ellos o sin ellos llegamos al mismo lugar.
Pero aunque la inclinación de la balanza, de vez en cuando, sugiera dar ciertas
cosas por perdidas, siempre hay un último intento o un nuevo camino por delante.
Lo importante es tener claro lo que se quiere y no desanimarse ante los límites
que impone el destino o incluso el azar (si así queremos llamar a los h.d.p. que no nos dejan avanzar)) Evitar los obstáculos de la propia
mente. En nosotros está, del vacío nada viene… ni vendrá.
Pues bien, hoy decido no pecar de
precavida y temerosa. Decido escuchar a mi mente cuando no está loca. Decido no
creerme na de na hasta que el mundo se aclare. Me quedo con mi verdad hasta que la
de otro me convezca más... pues prefiero vivir recuperándome de golpes evitables a
quedarme sentada viendo pasar la vida si es mentira. El tiempo se acaba. Recordando que quien no arriesga no
gana, que no tengo por qué aceptar el destino, no me da la gana!. Y mientras
pensar que los problemas se
pueden solucionar con: una ducha bien larga, una fragante taza de café, una
sesión de terapia musical y un abrazo de verdad. ¿Para que estamos? Para soñar,
el resto, la propia vida decidirá. No es cosa mía. No tengo tanta responsabilidad.
Sólo decido lo que quiero que me pase, no lo que me va a pasar… pero lo que si
puedo es hacer mío el momento que nunca volverá. Trazando mis mapas del tiempo, ¿dónde estaremos?
No lo sé. Pero sí donde queremos estar. Hoy por hoy ¿cómo estamos? Estamos bien…bien
jodidos, cierto es, así nos va (perdón por la sinceridad). Pero eso no debe de
hundirnos, al contrario, nos lleva a luchar por encontrarnos de nuevo. Es la
realidad. Somos papeles perdidos, esperando a ser archivados... en carpetas del
destino.
Comentarios
Publicar un comentario